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Carlos Herrera  

 

COPE

Director de la National Gallery de Londres

Después de ciento once días cerrado, la National Gallery de Londres ha vuelto a abrir. Era la primera puerta importante que volvía a la vida después del largo confinamiento. Su director en todo ese tiempo ha estado luchando para que este día llegase. Casi era inimaginable que un virus hubiera cerrado su actividad cuando ni en la II Guerra Mundial frenó la actividad, pero así ha sido.

Pero Gabriele Finaldi tiene ese olfato y ese hambre de arte. Si fue capaz de descubrir un original de Peter Brueghel en una casa particular ¿cómo no iba a ser capaz de inaugurar dos exposiciones en tiempos de pandemia? "uno tiene la obligación de volver"

Una, la más importante del mundo. “Artemisia”. La gran pintora del barroco. La artista que se sentía como un César en el cuerpo de una donna.

Otra: “Sin” (Pecado)… una alegoría a los siete pecados capitales... Sobre la joya de la corona, la de Artemisia, dice que "hay un grandísmo interés en Artemisia en el mercado, porque non hay ni siquiera una docena de obras de mujeres en la colección de la galería".

Conoce muy bien Sevilla, se conoce todas las iglesias de memoria, ha llevado a cabo varias exposiciones, y es que para él, el éxito de un galerista es que lo antiguo siga sirviendo a lo moderno. "Las obras maestras tienen la habilidad de hablar más allá de su tiempo, porque tratan temas comunes, como fe, familia, retos, amor, temas constantes".

Fue director adjunto del Museo del Prado un museo que se visita dos veces en la vida, una con tus padres y otra con tus hijos. Eso no pasa en el National Gallery y la clave es porque "forma parte de la experiencia vital, los colegios aprovechan, y es parte de la vida natural de los ciudadanos".