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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Principios de marzo. La responsable económica del Gobierno, ante el miedo generalizado por el virus, nos tranquilizaba, cuando Italia vivía días caóticos y Francia revisaba a la baja sus previsiones. “Las estimaciones – sobre el coronavirus – apuntan a un impacto poco significativo y transitorio” sobre la economía, decía. Por tanto, no había necesidad de modificar las previsiones macroeconómicas del Gobierno. Ayer el Gobierno presentó su nuevo cuadro macroeconómico o, mejor dicho, Don Carlos, un esbozo con rasgos simplistas. Efectivamente, nuestra economía, según el Gobierno, caerá más de lo que previsto en abril, pero no tanto como prevén otros organismos. Eso infunde tranquilidad. Tampoco la previsión de paro es tan mala y el empleo no se resentirá tanto. Respiramos profundamente, Don Carlos. Y el próximo año, con la vacuna y el dinero de los fondos que llegará de Europa, la economía española irá como un tiro.

Se aumenta el gasto público a lo grande y ya se cuadrarán los números ajustando impuestos, como el IVA, cercenando planes de pensiones, subiendo cotizaciones de los autónomos y, acaso, destopando la base máxima de cotización. Pagaremos más. Desde el Gobierno se afirma que la recuperación sigue en marcha y que durante el tercer trimestre el PIB ha crecido un 13% por encima de lo previsto. Sin embargo, eso no cuadra con lo que dice el sector del comercio: caída sin parangón desde la Guerra Civil, con un descenso de las ventas en septiembre del 34% y acumulando una caída del 40% sobre 2019. Y no hablemos de la hostelería, Don Carlos, y de Madrid y otros lugares pseudo-confinados. En fin, Don Carlos, que desde el Gobierno se envía un mensaje reconfortante que esto del coronavirus es solo un impacto poco significativo y transitorio. En 2021 iremos de coña y en 2022 volveremos al mundo de ensueño, Don Carlos. Amén.