COPE
El día a día de un abogado de familia
Luis Zarraluqui lleva unos 32 años de ejercicio profesional como abogado de familia. Doce horas al dóia atendiendo casos de grandes fortunas, futbolistas, ministros... Aparte de la experiencia personal, que también es un grado.
Entre acuerdos y demandas, se ha puesto a escribir una novela. “Aurelia Villalba, abogada de familia”. Una novela que habla de la vida personal de un abogado, de la vida en el despacho, y de los casos que mezclan lo profesional con lo personal. Tanto le apetecía escribir esta novela que se levantaba a las 5 de la mañana para escribir una hora, antes de empezar oficialmente el día.
La protagonista no es mujer por casualidad: “las mujeres son el 85% de las profesionales del derecho de familia.” Entre los secretos que se cuentan está el hecho de que “la profesión a veces acaba siendo no solo de abogado, sino que al final tenemos que tener una relación distinta, con algún tipo de feeling para que eso funcione.” La profesión de abogado de familia, ha cambiado muchísimo, el mundo de la gestión ha entrado en los despachos y hacen falta personajes que a lo mejor no tienen titulación pero tienen que averiguar y encontrar cosas. “En los procedimientos hay que demostrar cosas.”
Algunas críticas del libro: “la legislación favorece a la mujer en algunas cosas como la custodia, y otras veces los obligados al pago, se han ido de rositas.” También hay críticas a los equipos psicosociales “están poco formados y trabajan en varios municipios lejanos entre sí y eso no puede ser, porque hay algunos que llevan un retraso de 18 meses”.
Luis Zarraluqui lleva dos divorcios que le han enseñado algo también para su trabajo diario, pero reconoce que se volvería a casar las veces que hiciera falta. Eso sí, como premisa recomienda: “Si las cosas se hacen por las buenas, es mejor que se queden en casa”.
Me llamo Aurelia Villalba, tengo cuarenta y cinco años y soy abogada de familia.
De niña siempre pensé que sería deportista, mido 1,82 y tengo treinta y seis pulsaciones por minuto. No he conocido a mi madre. Vivo sola. No fumo ni cocino. No tengo Facebook ni Whatsapp. Mis principales aficiones son las películas en blanco y negro, viajar y el sexo, me gusta mucho el sexo.
Soy buena en mi trabajo. Tego muy claro una de las primeras cosas que le digo a mis clientes cuando vienen al despacho: nunca hay que confundir justicia, legalidad y sentido común.
Nada de lo cuento aquí es cierto pero TODO es verdad?