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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Desde luego, la cosa no tira, cuando la OCDE anticipa que España sufrirá una dura caída del PIB y nuestra economía a corto plazo no se recuperará. La línea ascendente de otros países de la OCDE en este trimestre estival, de julio a septiembre, temporada de gasto, consumo familiar e inversión empresarial, no se da en España por el descontrol pandémico. Los distintos indicadores que estos días vamos comentando, así lo confirman. Y, en otro de cosas los seductores cantos de sirena electoralistas, tan progresistas, que prometían el oro y el moro y un mundo de ensueño, donde Papá Estado nos regaría con pensiones mejores, sueldos públicos más elevados, subsidios de toda índole, dádivas a diestro y siniestro, se vienen abajo. Al final, resultará que los pensionistas estaban mejor con la actualización mínima de la pensión del 0,25% anual, soslayando promesas en busca de votos.

El IPC sigue en línea negativa. Y no vale, como justificación, decir a pensionistas y funcionarios que no hay aumentos porque crece su poder adquisitivo. Al final, hay que ser conscientes de la deplorable situación de nuestras peladas cuentas públicas. Un país que arroja incesante lava deficitaria y vive escalando picos elevados del sistema montañoso de deuda pública, no puede permitirse ligerezas gastadoras. Y la perspectiva económica se enturbia al vislumbrar ERES y despidos masivos por parte de las empresas dada la insostenible situación económica y financiera. Ahí está el pronunciamiento del Eurogrupo: que sigan los estímulos estatales para contrarrestar los efectos económicos del virus mientras persistan los rebrotes en tanto nos vapulee la recesión y no aparezcan los brotes verdes. ¿Y con qué recursos cuenta España para seguir estimulando cuando las finanzas públicas están en trance de insolvencia?