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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

De uno años acá, el sesgo de las políticas monetarias está resultando decisivo para sostener unos impulsos mínimos para que la economía tire. No es osado afirmar que la mitad del crecimiento de nuestro PIB en los últimos ejercicios cuenta con la inducción de las facilidades monetarias y las condiciones financieras acomodaticias que ofrece el BCE. Es decir, que si en 2019 el PIB de España creció al 2%, un 1% fue gracias a tanta licencia monetaria.

En las actuales circunstancias debe prevalecer que se siga dando apoyo monetario a la recuperación y se mantenga la estabilidad financiera. Una de las premisas para confiar en que poco a poco la economía se irá reactivando es precisamente que no haya un endurecimiento de las condiciones financieras. Y un factor crucial es que nuestro sistema financiero en esta crisis está mucho más saneado que en la anterior. Las entidades financieras que han sobrevivido son las resistentes y robustas. Y suman para salir del bache.

El objetivo fundamental ahora es que los efectos positivos de la política monetaria se vayan transmitiendo hacia todos los sectores – tejido productivo y hogares - y que se superen las dificultades con las que topan las empresas de menor tamaño para acceder a las posibilidades de financiación. De hecho, los avales públicos tendrían que mitigar las reticencias de los intermediarios de incurrir en mayores riesgos. Con todo, la prioridad será reasignar recursos financieros a empresas y sectores que contribuyan más a la recuperación de la actividad económica y del empleo. ¡Necesitamos munición monetaria!