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Carlos Herrera  

 

COPE

Diego Martínez en Herrera en Cope trata hoy sobre Joachim Kroll, conocido como el Caníbal de Ruhr. Fue un asesino en serie alemán quién fue condenado a 9 cadenas perpetuas por el asesinato de 8 personas y un intento de homicidio. Violó y estranguló a sus víctimas, les arrancaba pedazos de carne que después devoraba en su casa. Entre sus víctimas había niñas de entre 4 y 12 años, mujeres jóvenes, parejas de enamorados y una mujer de 61 años.

En febrero de 1955, Joachim mata a Irmgard Strehl, de 19 años, cuando ésta iba por una carretera rural. Fue estrangulada y luego violada. Su cadáver fue encontrado a varios metros de la carretera. Luego mataria en un mismo mes a Klara Tesmer, de 24 años, y Manuela Knoot, de 16.

LE GUSTA LA CARNE... HUMANA

El día que mata a Klara Tesmer, Joachim descubre que le gusta la carne humana. La policía cuando encontró el cadáver de Klara en un bosque, quedó horrorizada al ver los grandes trozos de carne que le habían arrancado de los muslos y los hombros. Años después, se supo que Joachim reveló que había envuelto la carne en un papel y luego se la había comido en la cena.

Su primera víctima fue Petra Giese, de 13 años. Dos meses después, mató a Monika Tafel, de 12 años. Ambas fueron asesinadas por estrangulamiento, y después violadas. De nuevo, se encontraron signos de canibalismo. Tres años después de estos crímenes, Joachim volvió a matar, lo hizo a puñaladas y su víctima fue Hermann Schmitz que se encontraba junto su novia, Marion Veen, la cual pudo escapar de milagro cuando se encontraban en un callejón en su coche dandose besos y fueron atacados por Kroll.

MÁS Y MÁS CRÍMENES

En septiembre de 1966, Joachim asesinó y violó a Ursula Rohling, de 20 años. El 22 de diciembre de ese mismo año engañó a una niña de cinco años, Illona, consiguiendo que se subiera a un tren, y luego continuaron el viaje en un autobus. El asesino y la niña bajaron en una zona boscosa del camino y caminan hasta un lugar conocido como la zanja Feldbach donde la viola y después ahoga, luego se llevó partes de su cadáver.

Un vecino de Kroll, un buen dia aburrido de que las cañerias estuvieran atrancadas pidió a Kroll visitar su casa. El vecino se quedó horrorizado al darse cuenta de que en el inodoro flotaban pequeños trozos humanos. Salió del edificio y rápidamente encontró a un agente de policía.

NO SE ACORDABA DE TODOS LOS CRÍMENES

Un grupo de detectives registró el piso. En su frigorífico encontraron trozos de carne de la ultima niña desaparecida. En el congelador, descubrieron más trozos de carne humana bien empaquetados. Confesó todos los asesinatos que recordaba, pero admitió que había muchos otros de los que no se acordaba. La policía cree que no pasó un solo año en que no se cobrara una víctima, aunque no se acordara de todas ellas.

El 4 de octubre de 1979 se inició el juicio, y tras 151 días, el 8 de abril de 1982 fue declarado culpable de 8 asesinatos y un intento de homicidio. Como ewn la entonces Alemania Occidental no existía la pena capital, la máxima pena a la que pudo ser condenado Joachim Kroll fue a nueve cadenas perpetuas. Murió en la prisión de Rheinbach cerca de Bonn, el 1 de julio de 1991 de un ataque al corazon.