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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

La pesadilla de Francesco, de 18 años, comenzó el pasado 2 de marzo, con un inesperado episodio de fiebre alta.

En apenas cuatro días pasó a ser muy grave. Fue ingresado en estado casi crítico en la UCI. Cuarenta y ocho horas después, este joven italiano tuvo que ser intubado.

Como era de esperar, aquello que padecía era derivado del coronavirus.

El 23 de marzo, su situación volvió a empeorar. El estado de los pulmones era muy precario.

Los médicos comprendieron que la única posibilidad de salvarle la vida era practicarle un doble trasplante.

Se llevó a cabo a mitad de mayo. Una intervención compleja, debido a los graves daños causados por la enfermedad.

Sus pulmones eran como de madera, muy pesados, dijeron los médicos. El virus, literalmente, se los había quemado.

Le salvaron la vida. Él es un caso excepcional, pues el coronavirus suele provocar solo síntomas leves en los adolescentes.

Además, Francesco estaba sano y no tenía patologías previas, lo que provoca que resulte aún más sorprendente.

Ahora, afortunadamente, está despierto y prescinde, poco a poco, del respirador.

Por delante le queda una larga rehabilitación. No tanto por la infección, sino por los 58 días que ha pasado encamado, intubado y conectado a varias máquinas.