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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

El coronavirus es una enfermedad complicada y desconocida en muchos aspectos. Cada avance o descubrimiento supone un paso más para controlar sus efectos.

Cientos de científicos en todo el mundo tratan de encontrar una vacuna. También andan enfrascados en distintos experimentos para conocer mejor este virus.

Uno de esos procesos se desarrolla en un barco. Partió de Ushuaia, Argentina, rumbo a la Antártida a mediados de marzo.

Se ha convertido en un laboratorio flotante para estudiar la COVID-19.

De los pasajeros que dieron positivo en los test, el 81 por ciento no presentó síntomas.

Demuestran que en este virus prevalece una "infección silenciosa" y sin síntomas. Y puede ser mucho más alta de lo que se pensaba.

Según los expertos, es urgente contar con datos globales precisos sobre el número de contagiados.

El citado buque partió para hacer un crucero de 21 días. Se ha tomado una ruta similar a la que en su día utilizó el explorador Ernest Shackleton.

En el barco viajan 128 pasajeros, incluidos científicos. No se permitió embarcar a los que pasaron por países en los que las infecciones ya eran altas.

Cualquier investigación, ya sea terrestre o flotante, es un aliciente más para paliar los daños letales de este virus.