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Carlos Herrera  

 

Carlos Herrera, genio y figura

Debía de ser un gran día. Al menos así lo había planeado el Palacio de La Moncloa. Zapatero, "rezó" junto a Barack Obama. El no va más. Aunque la presencia del presidente del Gobierno en el desayuno de oración nacional apenas fuese un instante de gloria en medio de un océano de problemas. Hay que reconocer que ZP ha tenido mejores días, pero sería difícil que hubiera toreado en plazas de mayor postín que la de Washington.

Aunque hay que agradecerle a Carlos Herrera que se encargara, para fecha tan singular, de deslizar en el bolsillo de Zapatero, quien ha hecho de su anticlericalismo uno de los ejes fundamentales de su política, una estampa de la Virgen de la Candelaria. Curioso. Todo un "puntazo". Para la voz mañanera de Onda Cero, desde aquí, ovación cerrada y un par de orejas.

Carlos Herrera ha sido testigo privilegiado del desayuno nacional de oración y cuenta cómo alguien del entorno de Zapatero le preguntó qué se siente cuando todo se desmorona alrededor, a lo que el presidente respondió "¿desmoronando?"

 

ELPERIODISTA DIGITAL 

La historia de la Virgen de la Candelaria que Zapatero llevó en el desayuno con Obama

El presidente del Gobierno aceptó llevar una estampa en el bolsillo de su chaqueta por su nerviosismo de cara a su discurso en el ‘Desayuno de Oración

José Luis Rodríguez Zapatero viajó desde Madrid a Washington como invitado de honor al ‘Desayuno de Oración’. En el avión presidencial se produce una curiosa anécdota con un conocido periodista y una estampa de la hermandad de la Candelaria, de Sevilla.

El presidente del Gobierno invitó a ese acto a media decena de periodistas y directivos de medios de comunicación: el ahora presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián; el ex director de El Mundo, Pedro J. Ramírez; el entonces consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas; el presidente de Mediaset, Alejandro Echevarría; y el consejero delegado de laSexta, José Miguel Contreras, junto al periodista de Onda Cero, Carlos Herrera.

Es en el viaje de ida, Zapatero se acercó a Herrera y comenzó a hablar con él. El presidente le transmitió su nerviosismo de cara a una cita donde tenía que pronunciar un cuidado discurso ante Barack Obama y la cúpula empresarial y social de Estados Unidos.

El periodista le dijo:

-- “Tú lo que vas a dar es un pregón. Y todos los pregoneros llevamos en el bolsillo la imagen del titular de nuestra hermandad”.

El presidente no salía de su asombro.

-- “Y tú, como no tienes hermandad ni nada –continuó Herrera-, te he traído una foto de la mía, la hermandad de la Candelaria, de Sevilla, para que la lleves en el bolsillo”.

Efectivamente, la hermandad de la Candelaria cuenta con Carlos Herrera como uno de sus hermanos más destacados. De hecho, en el año 2001, el periodista fue el encargado de pronunciar el pregón de la Semana Santa sevillana. El discurso lo definen como una “pieza oratoria que caló en todo el pueblo sevillano constituyendo uno de los pregones más inolvidables de la Semana Mayor”.

Rodríguez Zapatero aceptó la estampa que le entregó Carlos Herrera y la guardó en su bolsillo. Antes, ambos se fotografiaron con la imagen, una instantánea que el periodista prometió no publicar nunca, según contó en su programa de Onda Cero el pasado 19 de septiembre.

Ya en Washington, Zapatero pronunció ante Obama un discurso evocando a la Biblia.

A continuación puede recordar el ‘pregón’ de manera íntegra:

 

Pero la historia no acaba ahí. En el momento en el que Zapatero abandona el estrado, cuando termina de hablar entre los aplausos de los asistentes, el presidente del Gobierno abrió la chaqueta de su americana mostrando la estampa de la Virgen de la Candelaria.

En este instante, le hizo un guiño a Herrera transmitiéndole que todo había ido bien.

 

COMENTARIOS

REZAR TODOS Y TODAS


 

Magín Revillo.

Rezar no hace daño ni tan siquiera a quien no está acostumbrado. Rezar es bueno para la mente de los seres racionales. Rezar es encontrarse y no porque se esté perdido. Rezar, rezamos todos incluso los que no saben ni a quien rezan. Rezar es un consuelo o una dura carga. Lo más difícil es rezar para pedir, porque eso implica saber a quien se reza. Ese día, muchos tiemblan y hasta se les arruga la respiración. Rezar en español es todavía mucho más complicado. Jose Luis Rodríguez Zapatero lo ha tratado de explicar en un desayuno ecuménico de oración en el que había empezado siendo ignorado por los medios estadounidenses. Al final, no ha estado nada mal su apuesta.

Incluso la traductora encargada de poner en inglés las palabras castellanas del presidente espanol le hizo un favor añadido. La primera vez que desde esta tierra se habló con Dios se hizo en español. Zapatero dijo que fue en castellano, pero su traductora eligió el español como lengua para dejar las cosas claras. La audiencia, el presidente Obama y su gobierno en pleno, más de sesenta senadores y cerca de tres mil invitados rieron la gracia. Zapatero ya se los había metido en el bolsillo. Llegar y besar el santo era el objetivo.

Mi amigo Carlos Herrera le había regalado una insignia de la Virgen de Candelaria. El presidente Zapatero se la puso en la solapa. Vírgenes contra banderas y como el desayuno era de oración el castellano-español se creció hasta besar el cielo. José Luis Rodríguez Zapatero aprendió a rezar con el Deuteromio en la mano. Hizo lo que pudo en lo que fue un aviso a navegantes. Poco importa que otros bajen la vista y hagan antes como que están meditando. Rezar es más que todo eso. El presidente Zapatero cogió la cruz por todo lo alto. Habló de los derechos de los jornaleros-trabajadores y de los emigrantes y hasta algunos llegaron a ver en sus palabras un velado canto al amor libre.

Más no se podía pedir en cinco escasos minutos. Zapatero citó a Carlos Fuentes para presumir de nuestra cristiandad y por fortuna no se olvidó ni de Miguel de Cervantes. Misión cumplida. Abrazó a Obama y sin besitos a Michelle se volvió a España más contento que unas pascuas. Zapatero ha dejado claro que es un eterno optimista. Lo ha sido y lo sigue siendo incluso después de conocer en los Estados Unidos lo que es un desayuno de oración el mismo día en que las bolsas se desploman.

A la vista de los primeros resultados, con el patio nacional más que revuelto, Dios no parece haber tenido tiempo de escuchar sus plegarias. Claro que quizás no era Dios su destinatario sino el mismísimo Barack Obama. El presidente de los Estados Unidos se ha convertido en esperanza del mundo. El no puede solo, dice y repite, por eso reza hasta en los desayunos a los que invita a sus amigos españoles. Rezar y pedir por el cambio en inglés es algo que siempre se ha llevado por estos pagos. No está de más aprender la lección y con la que está cayendo rezar. Rezar en español o en castellano, en vasco, en catalán, en gallego y hasta en arameo. Todos. Ellos y ellas, como mandan las reglas de la paridad mas exquisita.

 

La oración

LEOPOLDO FERNÁNDEZ

Como invitado de honor y en su calidad de presidente del "Gobierno paritario de hombres y mujeres" en España y de turno de la Unión Europea -así fue presentado-, José Luis Rodríguez ha hablado en Washington ante un selecto grupo de 3.500 invitados de todo el mundo, en especial de la vida política, económica, cultural y social de EE.UU., durante el National Prayer Breakfast, más conocido como Desayuno Nacional de Oración.

Contemplé en directo, vía televisiva, la intervención del jefe del Gobierno español y me pareció aseada y formalmente correcta, aunque carente de esa proyección religiosa que es consustancial con esa celebración, creada en 1953 por el presidente Eisenhower con el nombre de Desayuno de la Oración Presidencial, como reflejo del sentimiento religioso -que hoy permanece inalterado- de la América profunda.

Un desconfiado Carlos Herrera había entregado a Zapatero, para que la llevara en el bolsillo superior de la chaqueta, una estampa de la Virgen de la Candelaria, a la que, aun siendo de origen canario, se guarda gran devoción en muchos pueblos y ciudades de Andalucía. No sé si el popular periodista almeriense lo hizo por temor a que el presidente se apartara del contexto cristiano del acto o para que la Virgen morena le diera protección y amparo, pero el caso es que ZP estuvo a la altura; prueba de ello es que, pese a su agnosticismo intransigente, encontró inspiración bastante -o el escribidor monclovita de turno lo hizo por él- para hilvanar un discurso positivo y muy medido.

Con calculada ambigüedad, evitó pronunciar el nombre de Dios -lo harían luego, y con reiteración, el presidente Obama y la secretaria de Estado Clinton- más allá de la inicial y obligada introducción, pero trazó una declaración de principios éticos y morales puramente laicos que con toda seguridad fue del agrado de los asistentes, aunque quizás le sobraron algunos tópicos buenistas muy del uso zapateril, en sus referencias a la convivencia pacífica, la libertad, la tolerancia, la solidaridad y la búsqueda del bien.

Eligió cuidadosamente un pasaje -parcial, interesado- del Deuteronomio, el libro bíblico del Antiguo Testamento, referido a la defensa de los jornaleros pobres y necesitados, los inmigrantes y hasta los homosexuales (aunque omitió la referencia a Dios como garante de la Justicia), como si fuera reflejo de sus propias convicciones.

En definitiva, dio la talla, quedó bien, pero no sé si a su regreso la oración logrará el milagro de acabar con los muchos males que nos afectan. Por si ayuda, Señor, escúchalo, sobre todo en su deseo de acabar con el paro...