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Carlos Herrera  

Hoy vamos de la UD Salamanca

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

¿Qué nos traerá el futuro de la era Covid-19? Una de sus secuelas, Don Carlos, será la desglobalización y el auge de las tendencias proteccionistas, sobre todo en el mundo occidental y en las economías avanzadas. La globalización, con sus pros y contras, ha facilitado el desarrollo de economías emergentes, pero, ahora, deja de interesar a las potencias económicas. La dependencia que Europa tiene de China y los países asiáticos, convertidos en las fábricas que producen aquello que nosotros deslocalizamos y desindustrializamos, despierta el resurgir del individualismo de los Estados. ¿Por qué? La robotización y la automatización, sin riesgos de contagio, suman; reindustrializar, como sinónimo de más autonomía y menos dependencia, es el nuevo ideal, dejando de estar a expensas de las decisiones que se toman en Asia. Y empieza la repatriación industrial.

No solo es el posible cierre de Nissan en Barcelona, duro golpe para Cataluña y la industria de la automoción en España, no ya por una cuestión de tamaño, sino de calidad industrial, por lo que supone tener o no acá fábricas de automóviles y toda la industria auxiliar que gira a su alrededor, con las consiguientes consecuencias sobre el empleo. Al desempleo generado por la crisis del coronavirus, se añade esa retirada de gigantes industriales. Francia da el primer paso. Industria automovilística, viene a decir Macron: si queréis ayudas y que el Estado os proteja, hay que repatriar las plantas industriales. Renault, PSA – Peugeot, Citroën -, pueden recoger los bártulos en Vigo, Valladolid, Palencia, Madrid, Zaragoza, Sevilla… Un detalle: el Estado francés posee el 15% de Renault. Y si hay que poner 5.000 millones de euros que salen de las arcas públicas galas, eso comporta repatriar y reindustrializar Francia. Empieza el éxodo… Y por acá, Don Carlos, ¿qué diantre hacemos? ¡Pues, nada!