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Carlos Herrera  

 

COPE

La sección sobre Psicópatas de Diego Martínez en Herrera en COPE trata hoy sobre Dean Corll, un asesino en serie cuyas victimas fueron niños y jóvenes. Conocido como el 'Hombre de los Caramelos', era una persona modélica para sus vecinos que siempre estaba regalando dulces a los más pequeños. Sin embargo, se le acusó de haber asesinado al menos a 27 niños y jóvenes en Houston, ayudado por dos de sus amigos. Corll tenía una habitación especial de torturas donde violaba, torturaba e incluso castraba a sus víctimas.

Dean Arnold Corll nació en Fort Wayne, el 24 de diciembre de 1939. Su padre castigaba a sus hijos por el más pequeño error. Las peleas en el hogar hicieron que la pareja se separara cuando Corll era un niño. La madre se volvió a casar y montó un negocio de dulces en un garaje.

10 MESES EN EL EJÉRCITO

En 1964, Corll se alistó en el servicio militar a pesar de su condición cardíaca. Durante su tiempo como soldado se dio cuenta de su homosexualidad. Tras diez meses de soldado regresó a la tienda de dulces para ayudar a su madre. Con el tiempo se convirtió en el dueño de la empresa y daba dulces gratis a los niños para que visitaran la tienda.

La empresa de dulces empezó a fallar y Dean tomó un trabajo de electricista. Cuando había cumplido los 30 años experimentó un severo cambio de personalidad volviéndose híper sensitivo, empezó a pasar tiempo con adolescentes y a hacer reuniones donde se drogaban con fundas de papel que contenían pintura o pegamento.

PRIMERA VÍCTIMA

El primero en morir fue Jeffrey Konen de 18 años, quien desapareció el 25 de septiembre de 1970, mientras hacia autostop. El resto de la víctimas eran más jóvenes que vivían en un barrio pobre de Houston. Una fue Homer García de 15 años, quien conoció a Henley cuando estaba recibiendo clases en una autoescuela. Poco a poco se fueron sucediendo las desapariciones de jóvenes, y se multiplicaron las denuncias por desaparición.

La noche del 8 de agosto de 1973, Henley llevó a su novia Rhonda y a Tim Kerley a la casa de Corll, tomaron unas cervezas y drogas. Tras perder el conocimiento de madrugada los tres jóvenes se despertaron atados. Henley convenció a Corll de que le quitara las cuerdas. Tras una fuerte disputa Henley cogió una pistola que tenía Corll y le disparó seis veces en la espalda, hombro y cabeza. El asesino había muerto.

CÁMARA DE TORTURA

Cuando entraron en el apartamento de Dean Corll la policía comprobó que los había matado a todos en su cámara de tortura. Un cuarto oscuro, diseñado sólo para la tortura y la muerte acompañado por un extraño olor. Tenía un piso alfombrado cubierto por plástico y una larga tabla con esposas adjuntadas la cual sería el último lugar de reposo de las victimas, cuerdas y varios juguetes sexuales describieron la naturaleza de los homicidios.

CEMENTERIOS POR HOUSTON

Henley llevó a los oficiales al cementerio personal de Corll, cerca del cobertizo de su bote había un terreno donde tras cavar por algunas horas descubrieron varios cuerpos bañados en cal y envueltos en plástico, como un caramelo. Henley no se detuvo allí y tras confesar toda su participación los llevó al resto de 'cementerios' que Corll había creado en todo Houston.

Elmer Wayne Henley fue condenado a seis condenas de 99 años cada uno y David Brooks a cadena perpetua.