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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

La crisis sanitaria, al aflojar la pandemia del coronavirus, deja paso descaradamente a la crisis económica, Don Carlos, y una cruel demostración del lance al que se enfrenta nuestra economía es la cara amarga del paro. Si la EPAde la semana pasada quedaba desfigurada por la aplastante realidad de los acontecimientos, los datos de la Seguridad Social de ayer constituyen premonición de la seria disyuntiva que encaramos y advertencia de la crisis social que está germinando. 548.000 menos afiliados, 283.000 más desempleados, 3.830.000 personas en el paro que computa la Seguridad Social y 3.400.000 personas afectadas por los ERTE. El panorama se complica. En esos trazos rasgados de nuestro mercado de trabajo se desliza la mayor sensibilidad de nuestra economía a la plaga de la Covid-19.

El modelo productivo de España pone de manifiesto que, al cierre de 2019, el 68% de nuestro PIB lo aporta el sector servicios junto con comercio. Ese protagonismo del sector terciario implica que en 2019 el 76% del empleo se concentre en servicios y comercio. Y en los servicios, están el turismo, la restauración, la hostelería…, más la relevancia de la actividad de pequeños, medianos y grandes comercios y, además, ocio y espectáculos. El brusco frenazo en seco del consumo privado, a causa del confinamiento y de la paralización de la actividad económica, golpea a nuestro sector terciario y daña sin piedad el empleo que genera. Lo malo, Don Carlos, es que las perspectivas son harto complicadas para combatir la epidemia del paro y, sobre todo, para que nuestra economía pueda regenerarse, primordialmente en el conjunto de actividad inherentes al turismo. La fatídica evidencia exige actuar; de lo contrario se avecinan tiempos de calamidades económicas y sociales, Don Carlos