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Verónica Casado se convirtió este lunes en protagonista al no poder dejar de llorar mientras recordaba a los sanitarios de su CC.AA. fallecidos en la batalla contra el coronavirus

“No, tengo que poder”. Con esas palabras y la voz rota, Verónica Casado rechazaba este lunes parar su comparecencia ante el ofrecimiento de varios procuradores de que se tomase un momento y retomar después su exposición. Llevaba más de dos horas y media desgranando las actuaciones de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León desde que comenzó la crisis sanitaria por el coronavirus. Pero fue al final, cuando quiso tener un recuerdo para sus compañeros de profesión - Casado es médico en Atención Primaria-, cuando le cambió el gesto. Y fue de repente. La consejera de Sanidad se derrumbó y lloró recordando a los profesionales que se han dejado la vida batallando contra la enfermedad.