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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

La OCDE ya ha dicho que las previsiones de contracción económica que manejaba días, a causa del maldito virus, se despeñan. Estamos, junto a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, con las Torres Gemelas derrumbándose, y aquel 15 de septiembre de 2008, de lúgubre recuerdo financiero (con los empleados de Lehman Brothers retirando sus enseres y saliendo de las oficinas de Manhattan), ante el otro gran shock económico de este siglo. En una situación como ésta, prima, Don Carlos, la economía de guerra: todos los esfuerzos se han de concentrar, primero, en detener la embestida enemiga (ahí están los héroes sanitarios combatiendo en las trincheras) y, después, en doblegarlo. ¿De qué armamento económico disponemos para esta batalla?

Los países con superávit presupuestario, como Alemania, actúan con prontitud (se nota que doña Angela está en forma, Don Carlos): 356.000 millones de euros de emisión de deuda pública, el 10% del PIB alemán, a distribuir así: 156.000 millones para más presupuesto público de 2020, o sea, para aumentar el gasto por las especiales circunstancias; 100.000 millones al fondo de estabilización y 100.000 millones al banco público estatal para que las empresas afectadas por la pandemia dispongan de liquidez. Esto es un serio y urgente plan de movilización de recursos, pero, ojo, Don Carlos, con cargo al sector público… El moderado nivel de deuda pública germano (61,90% de su PIB) y su superávit fiscal (62.426 millones de euros) permite esta acción inmediata… Alemania, pues, paradigma, Don Carlos.