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Carlos Herrera  

 

COPE

El impacto económico deberá ser ahora analizado por los responsables de unas fiestas que implican a docenas de miles de personas

Rafael Mengó, presidente de la Federación de Fallas Sección Especial, ha sido entrevistado este miércoles en 'Herrera en COPE' después de que la Generalitat haya decidido aplazar la celebración de las Fallas de Valencia y las fiestas de la Magdalena de Castellón a causa del coronavirus. Según ha dicho, quieren saber "cómo y cuándo se van a poder hacer y qué tipo de ayudas se van a prestar porque el perjuicio económico es brutal".

Mengó ha criticado que el aplazamiento "se ha gestionado muy mal y la improvisación ha sido lo que les ha fallado por completo". En este sentido, ha señalado que "esto no viene después de un día 8, un día 9, sino que ya viene de mucho tiempo", por lo que "las autoridades debieran haberse puesto manos a la obra mucho más en serio".

El presidente de la Federación de Fallas Sección Especial ha explicado que de las nueve fallas del eje central, cinco "ya están plantadas". "Desmontar una falla no es como montarla. Los ejes donde se enganchan cada uno de los grandes monumentos ya se han cortado y no se puede coger ahora con nada. Para desmontar una falla tendrías que destrozarla", ha dicho.

Mengó también ha dicho que "el perjuicio económico abarca todos los niveles: de músicos, de floristería, de las churrerías, de la iluminación... Es todo absolutamente", ha incidido.

"Lo que ha llamado la atención es que los niños están yendo al colegio en Valencia, aquí no ha habido ninguna limitación en ese sentido, la gente está yendo en el transporte público, la gente está haciendo su vida normal. Las fallas, sin embargo, no pueden hacer su vida normal", ha cuestionado.

Mengó también ha dicho que el Gobierno central y el autonómico se han pasado la pelota hasta que han decidido suspender estas fiestas populares.

El mazazo del coronavirus a las Fallas: millones en ninots y adiós al turismo

El impacto económico que supondrá este aplazamiento -solo se han suspendido cinco años desde 1896 (por la Guerra de Cuba, la Guerra Civil y una protesta ante una tasa municipal)- deberá ser ahora analizado por los responsables de unas fiestas que implican a docenas de miles de personas, entre artistas falleros, músicos, empresas del sector servicios, textil y de peluquería, hostelería y restauración, y en la que se involucran valencianos de toda edad.

Aunque el epicentro está en la ciudad de Valencia, hay otros municipios donde también se plantan fallas, principalmente en la provincia de Valencia aunque también hay localidades alicantinas y castellonenses donde se celebran estas fiestas, en cuyos días grandes -del 15 al 19 de marzo- también hay actos masivos religiosos (como la Ofrenda), taurinos (la Feria de Fallas) y culturales.

Estas fiestas patronales en honor a San José, declaradas por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ya iban a recibir a menos turistas que otros años, tanto por el calendario (los días grandes y la "Cremà" caen entre semana) como por el hecho de que el día 19 no es festivo en comunidades como la madrileña, que representa el 25,4 % del turismo nacional que viene en Fallas.

Para este año, las comisiones falleras habían subido casi 85.000 euros el presupuesto de sus monumentos, que este año sumarán 7.758.933 euros, con más de 5,8 millones para las fallas grandes y 1,9 para las infantiles.

En total se iban a plantar 761 monumentos, entre los que estaban los que más acaparan la atención de turistas y valencianos, los de la sección Especial, que este año han acordado respetar el límite de 14 metros de altura de sus fallas y, sobre todo, las fallas municipales, fuera de concurso.

Este año, la imponente falla grande, a medio montar, lleva por título "Aixó també passará" (Esto también pasará), cuesta 205.000 euros y es obra de los artistas Manolo Martín y José Ramón Espuig, junto al artista urbano Escif, mientras que la infantil, de 28.500 euros, tiene por lema "Saps qui soc?" (¿Sabes quién soy?), de José Luis Ceballos y Francisco Sanabria.

Gracias al estudio "Turismo en Fallas", este año ya se conoce que durante los cinco días grandes aumenta un 41 % el turismo y la media de visitantes diarios que recibe roza el millón de personas, de los que nueve de cada diez son nacionales.

Ese estudio concluye que, en concreto, la ciudad recibió de media durante la semana grande de las Fallas un total de 931.639 visitantes, lo que representa un 41 % más que la media de una semana no festiva.

Respecto a turistas internacionales, un 92,83 % proviene de diez países: Italia (33,91 % del total y el 62 % de ellos pernocta, y precisamente el principal foco europeo del coronavirus), Alemania, Reino Unido, Francia, Holanda, Estados Unidos, Suecia, Austria, Bélgica y Polonia. Estos visitantes se concentran en el centro aunque se diferencian del turista nacional en que también se mueven por la playa de la Malvarrosa o la zona de la Marina.

Precisamente este martes la Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y Comunidad Valenciana (Hosbec) ha reconocido que la incertidumbre ante la evolución del coronavirus COVID-19 está generando que las reservas hoteleras en esta fechas se hayan reducido "un 15 o un 20 por ciento" de media respecto al año pasado.

"Siguen entrando reservas, pero no con el volumen del año pasado por estas fechas", ha dicho el presidente de Hosbec, Toni Mayor, quien ha precisado que Benidorm se mantiene de momento con reservas que superan el 80 %, gracias al Imserso -cuyos viajes se han suspendido también este martes- y al mercado británico.

Sobre las Fallas, Mayor admitía que en Valencia "queda mucho por vender" y hay "mucho hueco todavía" en los hoteles.

Valencia, al margen de los citados años de guerras y protestas, no ha vuelto a vivir un año sin Fallas aunque sí ha suspendido actos concretos, especialmente por adversidades meteorológicas o sucesos como los atentados del 11M de 2004 en Madrid, en los que se suspendieron todos los actos oficiales durante los tres días de luto.