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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Ni mi Espanyol ni la economía transitan por senderos de gloria, Don Carlos. Zozobramos en la brusca y peliaguda desaceleración de 2020, coronada por el atroz virus. Cristaliza el miedo a lo desconocido, tétricos temores económicos y temblores financieros. Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, las perspectivas de aterrizajes turísticos no son las mejores. La industria sufre problemas de suministros en un doble sentido: insumos y comercializaciones. Los mercados se fortifican paralizando el tráfico de mercancías, con eventos y viajes cancelados y el consumo se encoge…

Las bolsas, Don Carlos, trémulas, cuando los cimientos de la economía crujen mientras los fantasmas acechan sobre alguna clase de deuda - la basura -, irrumpen sombras en acciones de compañías susceptibles de tambalearse y los bancos centrales preparándose como si fuera el desembarco de Normandía con armamento monetario, aunque el BCE dispone de arsenal bastante reducido. Los gobiernos tendrán que tirar de políticas fiscales, es decir, potenciar gasto público o sacrificar ingresos tributarios, para capear el temporal y colaborar en pro de la causa económica, apoyando a las empresas... España está en malas condiciones para afrontar esta tempestad en la que ya estamos metidos. A ver qué hace el Gobierno que sintoniza otro dial indiferente con el crudo acontecer económico y sin capacidad de reacción, o sea, en órsay, Don Carlos...