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Carlos Herrera  
Diez Minutos, 19 de abril de 2007
Listos para el nacimiento real del año

Si los labios hinchados de la Princesa no engañan, la segunda hija de los Príncipes está al nacer. Cierto es que tampoco hace falta ser un sabio de las predicciones para dictaminar que está al caer una nueva Infanta de España viendo el voluminoso abdomen de la preñadísima Doña Letizia, pero algo nos dice que este parto no nos va a coger de puente de Primero de Mayo. La Clínica Ruber le ha sacado ya brillo al instrumental y el doctor Recasens está haciendo ejercicios por la banda desde hace unos cuantos días para saltar al terreno de juego y poner en práctica su ciencia, que es mucha, para decidir, entre otras cosas, si la criatura viene de parto natural o hay que practicar una cesárea. La foto que hoy publica DIEZ MINUTOS en la que se ven las escaleras de los fotógrafos preparadas y encadenadas frente a la puerta de la clínica de Mirasierra es todo un síntoma de la expectación e inmediatez de la noticia.

Los viejos roqueros suelen equivocarse pocas veces. Ya hay guardias frente a un centro médico, que ha sido revisado por los servicios de seguridad hasta en las caries de su personal. No hay alcantarilla de los alrededores que no haya sido levantada ni instrumental que no haya sido esterilizado. La habitación número 10, la misma que acogió a la parturienta primípara que dio a luz a la coletuda Leonor, está lista para repetir el proceso paso por paso y los trabajadores saben la que se les viene encima: no todos los días nace una chiquilla a la que van a visitar los Reyes, los políticos, los familiares regios y unos diez mil millones de periodistas. Es probable, eso sí, que este parto no despierte el mismo derroche de atención que el de su hermana mayor, pero no olvidemos que quien nace va a ocupar el puesto sucesorio inmediatamente siguiente al de la que será algún día reina de España.

En el caso anterior no supimos el sexo y el debate en torno a las reformas constitucionales ocupó no pocos foros políticos de trascendencia: en esta ocasión, al tratarse de una hembra no se suscitan las urgencias que surgirían en caso de ser un varón, con lo que tan sólo hablaremos de lo rubia que es o de si se parece al Príncipe, a la Princesa, a Carlos III o a algún retrato de Felipe V. Es una ceremonia a la que ya nos vamos acostumbrando: los Reyes han pasado de no tener nietos a, de golpe, tener una guardería y ya avisó don Felipe de que pensaban tener más de dos y menos de cinco.

Si no me fallan las cuentas y si todo sigue en orden es fácil presuponer que de aquí a un tiempo tengamos que volver a sacar las escaleras de casa, limpiarlas de manchas de pintura y plantarlas frente a la Clínica Ruber de nuevo. Felicitamos de antemano a la pareja y deseamos que venga lo que venga lo haga con salud, que es lo que decían los clásicos .