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Carlos Herrera  
La Razón, 28 de febrero de 2005
Lo mejor de lo bueno

Matías ANTOLÍN
      
Mi señorito en Onda Cero, «El Halcón de las ondas », tomó la alternativa en Madrid como Presidente de «La Alacena de Carlos Herrera ». Yo creí que comía cerillas, porque tiene mucho fósforo en el cerebro, pero con la filosofía de compartir con todos «lo mejor de lo bueno », nos convocó en el Club Loewe Hombre (muy bien atendido por Elena Sánchez, Carmen Patiño y Mónica Villar) para dar a conocer sus exquisitos productos elaborados con garantía por una reconocida terna de calidad: «Aceites 1881 Santa Teresa », «Ibéricos Consorcio de Jabugo » y «Vinos de Jerez Bodegas Pedro Romero »....

Voy al acto acompañado de los míticos Lorenzo Díaz y Josemi Rodríguez Sieiro, tándem de lujo. En el estupendo marco del Palacio de Miraflores me encuentro con buenos amigos como mi admirado Imanol Arias. Fue grato charlar con Pepe Oneto, Goyo González, Ramón Mateu (Director General de Onda Cero), Adolfo, el mejor restaurador de Toledo ( «Casa Adolfo »), Félix y Carolina (si van a Majadahonda, hay que comer en su restaurante - «Salterius »-), Diego Angulo (alma de aceite «1881 ») o la siempre elegante, sensible y encantadora Mariló Montero...

Había en el ambiente un rumor de amistad, un aroma de aceite crudo de oliva, un sabor a embutidos de primera división, y un oloroso vino de Jerez. Todo aliñado por el salero de ese «crack » que dice ser y llamarse Carlos Herrera, que es carne de buen periodismo, sangre de radio, salsa de buen vivir. Con tiempo y cariño ha ido seleccionando el fruto del trabajo diario de artesanos que elaboran los mejores sabores de Andalucía. Soy incapaz de aceitar el adjetivo para desengrasar mi mente.

Unto el papel de este periódico (que sirve para algo más que para envolver el bocadillo), con aceite puro extra, me zampo unas sabrosísimas tapas de ibéricos regadas con una exquisita manzanilla. Un premio para el más exigente paladar. Carlos es ese logotipo de talento que enriquece y potencia cada día lo andaluz. Cuando habla de esa tierra, la saliva bética engorda en su boca y el corazón quiere callarse, pero no puede.

Carlos Herrera es también, entre los periodistas de radio, de los buenos, el mejor.