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Carlos Herrera  
Diario Sevilla, 25 de enero de 2005
Anti-edad

Una vida es insuficiente, parecen decir quienes están en la edad de la precipitación, quizá con la sensación de que se vive para los demás en vez de para uno mismo. No responde al egoísmo, sino a una irracional forma de vida sujeta a las presiones actuales. Muchos coinciden en que una fuerza invisible les empuja por la espalda y les arrastra por la vida hacia el descontrol, lo cual les genera un nivel insano de ansiedad que perjudica gravemente el alma, el físico, el espíritu y el desarrollo intelectual. Esta forma de vida oxida el organismo antes de tiempo y nos echa unos años encima que no corresponden a la edad biológica. Uno de esos factores negativos es el estrés, que ya comienza a ser tratado médicamente. Hay filosofías, como aquellas de las sociedades secretas de los templarios, masones, rosacruces, budistas y otras, que pretendían alcanzar un estado ideal de meditación para llegar a la verdad absoluta, la paz interior y, en definitiva, al control sobre uno mismo.

Algunos pueblos indígenas han sido sometidos a estudio por su admirada longevidad y sus filosofías transformadas en tratamientos médicos antienvejecimiento. Por ejemplo, los yoguis de la India ya se preguntaban de qué le servía al hombre ser dueño de todo si no era dueño de sí mismo. Para alcanzar el autocontrol del Yo encontraron en la práctica del yoga –tan en auge ahora– la purificación del alma. Otros, como Deepak Chopra, pionero de la medicina integral, se forran con publicaciones en las que se dan directrices para ser más joven cuanto más viejo te sientes, si bien sus envidiadas prácticas resultan incompatibles con nuestro ritmo de vida. Pongo por caso –al margen de las recetas imposibles– las dos medias horas que recomienda al día para la meditación. Pero, ¿cómo encontramos cuarenta minutos para meditar inhalando mientras te concentras en el So y exhalando el aire impuro de tu alma mientras concentras tus precipitados pensamientos en el Jam? Es probable que por falta de tiempo para ejercer los diez pasos que retardarían el envejecimiento haya nacido el tratamiento anti-edad, como si el verbo se hubiera hecho pastilla.

Si en 1900 la esperanza de vida era de 34 años, ahora se ha instalado en los ochenta. Pero tanto Deepak Chopra como los creadores del Anti-aging coinciden en que los niños que nazcan en este 2005 podrían alcanzar los 150 años. Este método ya está en Andalucía. Ha llegado aquí después de diez años de práctica en EEUU y al menos cinco en Italia. La explicación a la longevidad de Fidel Castro y el permanente tú a tú con Dios del Papa, hay quien la encuentra en las inyecciones de ozono en la sangre que los revitalizan y retrasan su edad biológica, a la vez que corrigen desequilibrios físicos y mentales y evitan, en consecuencia, el envejecimiento prematuro.

Si para hacer nuestra casa escogemos los mejores materiales, ¿por qué no elegimos las mejores prácticas físicas, alimenticias, sanitarias y psíquicas para nuestro cuerpo y nos otorgamos mejor calidad de vida? Sea a través de las erudiciones de los pensadores o de la mano de los médicos, está en nuestra mano, en parte, el milagro de revertir nuestra edad biológica y de mantener una mente joven que nos proporcione la eterna independencia. 
 

Mariló Montero