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Carlos Herrera  
Diez Minutos, 25 de agosto de 2005
Antonio y Pedro vuelven a sus raíces

Muy pocos de los nuestros fueron, en su día, a “Jolivú”. Algunos guionistas monumentales que no tuvieron demasiada fortuna –y, puede, que ni siquiera empeño–, momentos interesantes pero fugaces de Sara Montiel o de Carmen Sevilla, y poco, muy poco más.

La cosa cambió en los últimos años, y a los nombres pioneros de Almodóvar y Banderas se fueron sumando los de Penélope, Bardem, Paz Vega y Amenábar.

El cine español, normalmente y salvo excepciones, propenso a la tristeza y a la depresión --cuando no al aburrimiento--, ha tenido que revisar esquemas para triunfar en el extranjero.

Aquellos que han hecho su “ITV” han obtenido el plácet internacional y hacen carrera en el exterior con un desparpajo tan admirable como envidiable.

Y vuelven a casa por Navidad. O por fiestas.

Ya se sabe que un español es aquel que, después de viajar y visitar cientos de lugares, concluye que en España no se vive tan mal como parece.

Almodóvar ha vuelto adonde solía, a La Mancha.

Su nuevo proyecto cinematográfico está cogiendo cuerpo de tal manera que pronto será una realidad, lo que en él puede presumirse, sencillamente, un éxito. De lo local a lo universal, que se suele decir.

Penélope Cruz y Carmen Maura escenificarán un endemoniado homenaje al surrealismo en esta historia multicultural que piensa rodar en Madrid y en algunos pueblos de su tierra original.

Banderas, nuestro filón internacional más seguro, que ya probó las artes de la dirección en “Crazy In Alabama”, en el año 1999, prepara su segunda película detrás de las cámaras, y lo está haciendo en su casa marbellí, de la que no sale ni para echar la basura –lo cual desengaña en gran manera a los reporteros que viven frente a su puerta y que hacen de sus visitas su ingreso principal–.

En esta nueva cinta no va a intervenir Melanie, su mujer, ya que pretende utilizar, fundamentalmente, a actores jóvenes e inéditos junto a Victoria Abril y Juan Diego.

Basada en la novela de Antonio Soler “El camino de los ingleses”, se rodará en Andalucía este próximo noviembre, lo que le va a permitir quedarse en casa durante ese tiempo en el que Málaga acaricia con su temperatura bonancible a propios y extraños.

Así está él de pletórico.

Ambos, cosa de agradecer, van a retratar España.

Habida cuenta su repercusión internacional, van a poner una nueva pica en “algunos Flandes”. Es motivo de alegría. Ciertamente, nunca está mejor un árbol que en la tierra donde se cría.