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Carlos Herrera  
Diez Minutos, 19 de mayo de 2005
Me da que será niño

A mí me da que será niño.

No he visto la ecografía –imprecisa a estas alturas– ni dispongo de las conclusiones de la amniocentesis a la que, previsiblemente, se habrá sometido la madre de la criatura, pero la tranquilidad con la que se afronta lo de la sucesión y las reformas constitucionales pertinentes me hace pensar que saben que la modificación no es necesaria de momento.

O sea, que no será niña.

Tampoco estamos en condiciones de asegurar, como algunos pretenden sin aportar testimonio alguno, que el embarazo ha sido consecuencia de un tratamiento de estimulación.

Y, la verdad, tampoco importa mucho.

Sólo es importante, como dijo el Príncipe, que todo transcurra con normalidad y buena salud.

La frase  tan manida de “lo que importa no es que sea niño o niña, sino que venga bien” es más cierta que nunca.

Eso lo hemos dicho todos los padres del mundo.

El Príncipe, en el paritorio, dando vueltas a una baldosa, mirando nervioso al suelo con las manos en los bolsillos, será todo un poema.

¿Cuánto valdría esa foto? La Princesa, entre tanto, alumbrando y pariendo nada menos que un futuro Rey de España.

Todos aquellos que andaban alarmados por la extrema delgadez de doña Letizia podrán resarcirse en cuanto la gestante engorde lo preceptivo en estos casos.

Algunos dicen que será capaz, incluso, de no engordar, pero ese aserto tiene poca base científica: por muy Infante que sea el feto, éste ocupa lo que ocupa, y es difícil disimularlo.

A Letizia se le dijo poco después de casarse que media España estaría pendiente de su barriga, que ésa era su gran obligación, y cumple con su cometido.

Demasiada presión para una vida normalmente azarosa y activa.

Compaginar agenda infernal y embarazo vigilado es de difícil ejecución, con lo que imaginamos que, en más de una ocasión, será el futuro padre el que salude a los estudiantes, a los agricultores, a los concejales y a los soldados.

Y quien recoja los más de cien millones de patucos, de varios colores, que les van a regalar.

Eso que se lleva.

Más allá de las lecturas políticas que se quieran hacer de este embarazo y sus consecuencias constitucionales, la llegada de un españolito como éste va a suponer una importante y simbólica actividad social e informativa.

Y humana. Será un ¿hombre? llamado a ocupar nada menos que la jefatura de un Estado.

Con lo pequeños que son cuando salen...

Se lo contaremos todo desde DIEZ MINUTOS.

Toda una vida fotografiada.