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Carlos Herrera  
ABC, 4 de julio de 2014
¡Cómo te lo hubieras pasado hoy, Rafa!

Hay días en los que unos cuantos estúpidos nos dan el trabajo hecho

YO sé que, en puridad, las noticias son las cifras del paro, las novedades del caso Nóos, la supuesta regeneración democrática que de forma electoral propugna el Gobierno, o incluso la muerte de mi hermano Rafael Martínez Simancas, maestro de radiofonistas, cuando tan sólo cumplía cincuenta y tres años. Pero no me resisto a algo a lo que el bueno de Rafael no sólo no le haría ascos sino que le dedicaría horas de su fecunda imaginacion. Rafael no sólo tenía lo anterior: también tenía gracia, una gracia repajolera, instantánea, de regate, de robarte la cartera. Trabajé con Rafael muchos años de nuestra vida en común, y sé que no le olvidaré jamás. Escribo lo que acontece al pie del piñeiro que abraza la playa de Langosteira en Finisterre, donde una buena tarde de sol es capaz de amortiguar todas las ciclogénesis de invierno. Sé que hoy, el hijo de Rute, el Calvo divino y valiente, no hubiera tenido tiempo suficiente para verter su amable vitriolo sobre la estulticia nacional, esa que no va a tener tiempo de fustigar y culminar con su verbo andaluz, madrileño, hijo de las greguerías y las metáforas, a medio camino entre la amabilidad y la hijoputez. Cuando esta mañana de jueves, momento en el que escribo, he sabido de la muerte de Rafael, he añorado con envidia lo que hubiera sido capaz de escribir sobre las elucubraciones onanistas de esa colección de mamarrachos que se hace llamar ANC, Asamblea Nacional Catalana, y que dedican su tiempo a jugar a los «paisitos», a la construcción infantil de pequeños Estados, a la elaboración de escenarios propios de festivales de fin de curso. Si yo tuviera el talento de Rafael Martínez Simancas, hoy sería, además de gracioso, cruel. Pero tengo lo que tengo, querido Rafa, y en tu nombre me atrevo a aventurar lo que hoy hubieras escrito acerca de esta colección de hijos de la «çeba» –que es como hemos llamado siempre a los obtusamente aldeanos–, después de las genialidades que han vertido en algunos documentos impagables sobre la construcción «nacional» del futuro estado independiente. Que la ANC proponga que se busque a catalanes «superdotados» para la creación de un servicio de inteligencia me hace pensar en la guasa que desarrollarías acerca del miembro del cuerpo humano al que se refieren en realidad: ¿superdotados en qué? ¿Tipos con especial generosidad natural en determinadas extremidades o tipos simplemente listos? Que la ANC proponga un cuerpo de especialistas de élite para liberar catalanes secuestrados en el extranjero (Albacete, por ejemplo) hace pensar que lo que bajo ningún concepto piensan hacer es pagar rescates siguiendo el tópico injusto de la cortedad catalana. ¡Hasta ahí podríamos llegar! Que la ANC proponga la creación de una Armada catalana a base de cuatro corbetas y fragatas (que se las tendrían que comprar a los chinos a precio de corbeta, que es carísimo) nos hace pensar que seguramente propondrían substituir las mismas por unos cuantos barquitos de patriotas que recorrerían los doscientos kilómetros de costa procurando no chocarse entre ellos. Y lo del servicio militar voluntario solo tienen que proponérselo a los okupas de Sants o de Gracia, que crearían un ejército alternativo sin mandos y con porros que resultaría de lo más operativo ante el ataque de los pérfidos españoles, eso violentos individuos ante los que hay que crear una sección especial para protegerse de su natural tendencia a la invasión.

¡Cómo te lo hubieras pasado hoy, Rafa! Hay días en los que unos cuantos estúpidos nos dan el trabajo hecho. Son esos días en los que siempre hemos dicho que habría que enviarles la paga directamente a su cuenta. Yo lamento no tener el afilado perfil de tu pluma, pero te prometo seguir enviándote a donde estés perlas como las de hoy. Y es que, ciertamente, seguiré echándote de menos mientras viva.