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Carlos Herrera  
El Semanal, 13 de abril de 2014
’Boig per tu’, Shakira

AMPLIARNo es Shakira una de las estrellas de mi ciega devoción, pero no se trata de eso. Merece algo más que mi respeto; es buena artista, ante cualquier polémica hay poca duda. Ha conseguido esa cosa tan exclusiva y laboriosa de crearse una personalidad y un estilo, objetivo perseguido por todo creador: ocupar un hueco exclusivo. Lo cual no quiere decir que le guste a todo el mundo, pero tampoco que eso signifique que su mérito sea poco. Cuando menos, es una artista merecedora de atención y aplauso.

Pero se le ha ocurrido grabar una canción en catalán, sacrilegio inaceptable. ¿Shakira, la muchacha colombiana, en catalán? Sí, Shakira, la vendedora de millones de discos, ha incluido la versión de una especie de himno civil catalán en su último disco, y lo ha hecho en el idioma original de la canción, que es el mismo que el de su pareja, el jugador español Gerard Piqué, central del Barcelona y de la selección. Ya. ¿Y dónde está el problema? Con la venia, trato de explicarme.

Boig per tu es una cosa que cantan muchos catalanes de la edad de Piqué en el transcurso de los veinte a los treinta. De hecho, la cantan, emocionados, amigos míos como Claudio, Salvador, Freddy o Enric, que van camino de los sesenta, aunque no lo parezca (indudablemente, son mucho mayores que yo). Es una suerte de canción que podría estar escrita por autores como Bon Jovi o así y que no pasa de ser un emocionado rito tribal. La canta un grupo de notable éxito local de nombre Sau, respetable en cualquier caso. No pocas fiestas de catalanes acaban con todos los miembros del ágape sujetos en círculos por los hombros entonando tal melodía cual si fueran después a desembarcar en Normandía. No hay que alarmarse: solo pretenden desembarcar en sus emociones colectivas e invitar a todos los presentes a hacer lo mismo. Shakira, pareja del futbolista y madre de un hijo barcelonés del mismo, ha querido realizar un gesto de gratitud a la tierra de su chico grande y de su chico chico y grabar en su nuevo lanzamiento mundial mundial, ojo una adaptación del dichoso Boig per tu, que quiere decir 'loco por ti'. Lo cual no tiene nada de extraordinario, pero sí de generoso, de cariñoso, de amoroso. Se la ha cantado a su pareja, que es catalán y se la ha cantado en el idioma que este utiliza (principal, pero no únicamente) para desenvolverse en su entorno natural, con sus padres, sus amigos y su hijo.

¡Para qué queremos más! ¡La que se ha organizado! Algo parecido a lo que se montó el día en que Carles Puyol, compañero de filas barcelonistas de Piqué, decidió bautizar a su hija con el nombre de Manuela. Los histéricos del nacionalismo le censuraron un nombre como ese, tan bello y resuelto, por antojárseles demasiado español, cuando es tan castellano como catalán. Pues los mismos, pero en sentido inverso, han puesto de vuelta y media a la artista colombiana por entender que había dispuesto su arte al servicio de la causa nacionalista de Mas, Junqueras y compañía, cuando solo ha cantado una canción en catalán, hermoso idioma que invita a ser entonado y hablado, que manejan varios millones de personas en absoluta felicidad y normalidad y que tantos éxitos musicales ha brindado a la historia de la industria musical. La versión podrá gustar más o menos (a mí, no gustándome la canción, me parece que tiene algo de conmovedor, pero yo soy un vulgar sentimental), podrá ser considerada una entrega fácil al oportunismo territorial, podrá chirriar a los seguidores habituales de la rubia colombiana, pero es un detalle normalizador con una bendita lengua por parte de una artista de alcance planetario que no debería ser despreciado. En vista de cómo se han puesto algunos energúmenos y de las gilipolleces que he leído en las redes sociales, prometo acabar las cenas sevillanas con amigos de los sábados con la escucha ceremoniosa del disco de la rubia cual si de himno se tratara. Dándome igual los dimes y diretes: loco por ti, Shakira.