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Carlos Herrera  
ABC, 14 de marzo de 2024
¿TikTok nos espía?

Los datos de Tik-Tok, acaban en las bases de la inteligencia china, no en un simple circuito comercial

Sé que el tema del momento está en las elecciones catalanas y en el escenario explosivo que propicia a la política española. Pero otro de los asuntos de actualidad, que afecta transversalmente a no pocos sectores de la sociedad internacional, es el que tiene que ver con la ley norteamericana que pretende poner límites a la red social TikTok. No bloquearla, sino imponer a la matriz china su venta a una empresa de los EE.UU. Es una discusión de las más importantes de los últimos años. Tiene una dimensión geopolítica y de seguridad nacional, la más conocida y citada: los defensores en Occidente de la libertad de TikTok como símbolo de la libertad de expresión con la excusa de que todas las redes sociales recogen metadatos pueden estar gravemente equivocados. Hay una diferencia sustancial entre recoger datos para hacer perfiles comerciales y saber todo de un usuario registrando gustos, búsquedas, preferencias y hasta vicios (algo bastante común a todas) y hacer lo que hace esta red china, que es registrar hasta los movimientos del teclado de cada suscriptor, amén de datos de micrófonos y cámaras. Las autoridades norteamericanas entienden que eso supone un grave riesgo para sus seguridad: temen influencia del adversario chino en muchos ámbitos, incluidas las elecciones. La segunda dimensión es la competencia por el relato: TikTok es una formidable plataforma para la propaganda y adicción de los jóvenes de Occidente, creando un caldo de cultivo para controlar gustos y tendencias en favor de un país expansivo y agresivo. La tercera tiene que ver con derechos y libertades fundamentales: ¿es o no la censura de TikTok un atropello a los derechos humanos? Puede ser probablemente un caso de manipulación del sentimiento de pertenencia a una comunidad global con un impacto social apabullante. Hay dos más: la económica, pues la eficacia comercial de esta plataforma está demostrada, y la psicológica y emocional, ya que es una importante fuente de trastornos psicológicos y de adicciones a internet que no resultan casuales.

Como dicen los expertos en seguridad e inteligencia, Instagram, Facebook y demás quieren ganar dinero con publicidad o comercio de metadatos; TikTok, en cambio, se ha convertido en un arma esencial en la confrontación con Occidente, y sus datos, información y análisis acaban en las bases de datos de la inteligencia china, no en un simple circuito comercial. Se considera un gran problema que la inmensa mayoría de estadounidenses menores de 30 años se informe a través de TikTok, creciendo el número exponencialmente en los últimos tres años ante la falta de reacción de las autoridades norteamericanas. El grado de dependencia de algunos jóvenes les ha llevado a amenazar de muerte a los representantes favorables a esta ley; otros han amenazado con suicidarse si pierden el acceso.

Escuchar a un alto funcionario chino, portavoz de Exteriores, por lo tanto comunista, defender con pasión el libre mercado, es como escuchar a Sánchez defender la verdad, la virtud y el Estado de derecho… Esto no ha hecho más que empezar.